14 de noviembre de 2013

Policías: héroes y villanos

El servicio que prestan a la comunidad los cuerpos de seguridad, ya sea en ámbito nacional, autonómico o municipal, es una labor de agradecer y normalmente todos recurrimos a ellos cuando tenemos un problema de sus competencias. No tiene que ser muy agradable tener que tratar con lo peor de nuestra sociedad como lo hace la policía. Maltratadores, ladrones, asesinos, violadores, gente violenta y otras personas de mal vivir, son el pan de cada día de los hombres y mujeres que decidieron ingresar en la policía con el objetivo de hacer cumplir las leyes y hacer de nuestras calles un sitio más seguro.

Pero,  ¿por qué estos agentes son a la vez héroes y villanos a ojos de la opinión pública? La respuesta está en casos como en el del Raval de Barcelona, que murió un hombres después de que lo redujeran los Mossos d'Esquadra.  Este no es un caso fácil de analizar y además como pasa normalmente en estos casos, no se dice la verdad ni en los medios de comunicación, ni la administración. Siempre hay una versión inicial, basada en las declaraciones oficiales, pero igual que pasó en el caso de Esther Quintana se aportan pruebas que hacen que las versiones oficiales vayan mutando hasta convertirse en versiones muy diferentes a las que se dieron en un principio.

Hay una frase que los organismos oficiales utilizan mucho en estos casos, que es: "Evitemos hacer juicios paralelos". Vamos a ver, ¿qué debe hacer la sociedad en estos casos? ¿Y los medios?. La gente no va a quedarse de brazos cruzados mientras ve como son manipulados por unos y otros. Los políticos que gobiernan piden que se deje trabajar a la justicia, mientras los de la oposición van tirando leña al fuego. Los medios tres cuartos de los mismo, si son afines a unos partidos atacan o defienden según les convenga y eso para la prensa, o por lo menos para los que quieren hacer buena prensa es una vergüenza. El periodismo tiene que ser un servicio público y no casarse con nadie, contar las cosas claras y sin pensar en que pensará esto u otro partido.

Remontándonos al caso del Raval, donde murió Juan Andrés Benítez, han habido versiones de todo tipo. Primero la versión que reflejan los Mossos en su informe. Después, igual que con Ester Quintana, aparecen vídeos en los que se ven cosas muy diferentes o por lo menos cosas que se pueden ver de otra manera. En este vídeo se ve claramente como dos de los ocho agentes que participan en la operación, golpean a J. Andrés. En principio, los agentes tienen instrucciones para asestar golpes de distracción en muslos, brazos y otras partes del cuerpo para poder reducir a los detenidos, pero en ningún caso están autorizados a golpear sitios vitales como la cabeza por ejemplo. Como los Mossos están directamente implicados en el tema, la juez del caso decidió asignar la investigación de los hechos al Cuerpo Nacional de Policía (CNP) para garantizar la neutralidad. El CNP redacta un informe que hace que 8 agentes de la policía autonómica acaben imputados por la muerte del empresario del Gaixample.

Lo peor del caso es que el informe que proporciona la policía nacional contiene graves errores de transcripción de la llamada que hizo J.A. Benítez a la Guardia Urbana. Por ejemplo en el informe de pone que J. Andrés dijo a la persona que le atendió: "Nos hemos peleado, se están quedando" por "Nos hemos peleado, estoy sangrando".  Esta frase es clave para saber si la sangre que tenía Benítez en la cabeza, fue provocada por la actuación policial o por la pelea que el empresario tuvo minutos antes con un vecino.






No es nada fácil saber que es lo que ha pasado en este caso y en muchos otros en los que se pone en tela de juicio las actuaciones policiales. Como ciudadano quiero una policía eficaz, cercana, dialogante y profesional, por este motivo las actuaciones de los cuerpos de seguridad deben ser transparentes y ser sinceros desde el principio y evitar que los políticos y los medios jueguen con la credibilidad de los agentes y los mandos. Es cierto que hay cosas que no ayudan nada como el tema de los vídeos o los indultos a agentes juzgados y declarados culpables.

Por otra parte, no se puede consentir que la policía pierda toda autoridad como pasó en un barrio de Barcelona el pasado 1 de Noviembre. Cuando una multitud de vecinos hizo que un  grupo de mossos abortaran una detención en el Turó de la Peira. Seguramente esos agentes tenían muy presente el caso del Raval y lo último que querían era dar más argumentos a los detractores de la policía catalana. ¿Esto es lo que queremos, una policía que no pueda hacer su trabajo? No. Rotundamente no.

Siempre he pensado que la policía en España está falta de medios y quizás un año en la academia de policía y aprobar un examen o exámenes teóricos sea insuficiente. Los agentes no tienen herramientas con las que enfrentarse a manifestaciones, multitudes y casos extremos y finalmente optan por utilizar el recurso de la violencia que les otorga la Constitución. No estaría de más que la policía tuviera ciertos conocimientos en cuanto a persuasión y que la sociedad obedeciera a las fuerzas de seguridad por convicción y no por obligación, esto solo lleva a la desobediencia civil o para hablar claro, "Para huevos, los míos". Y entre unos que se ven con la autoridad moral de que lo que hacen es lo que tienen que hacer para defender sus libertades y los otros que hacen lo que les han dicho que hagan se lían las que se lían.

 Pero pensad que cada porrazo de un policía a un manifestante, no es un fracaso del cuerpo de policía, si no también un fracaso de la sociedad. Hemos de llegar a un equilibrio y quizás hacer una separación de actuaciones policiales y competencias. No es posible, que la persona que ayer te multó por llevar una luz fundida, y al cual no le tienes estima por ello. Hoy te salve de un atracador y mañana en una manifestación te de un porrazo cuando te quejas de los recortes. Hay una relación amor-odio entre la policía y la sociedad que hay que solucionar y hay que solucionarlo ya o se nos irá de las manos y todos perderemos.

No hay comentarios: