Hace unos días salió la sentencia, en la que los 5 agentes deben de pagar un total de 10.400 € y entre 7 jóvenes deben de pagar 3.420 €.
Ahora viene mi reflexión:
Si unos jóvenes alborotadores que (basándome en lo leído en prensa), destrozan un local, agraden a agente de la autoridad, se niegan a someterse a la prueba de alcoholemia (que recordemos que en el código penal está ahora tipificado como delito), resulta que salen más beneficiados en la sentencia que los mossos, por los cuales no tengo gran simpatía, aquí hay algo que no cuadra y entonces me pregunto.
1.- ¿ Puede quizá tener algo que ver la clase social de los jóvenes?
2.- ¿o el hecho de que uno fuera hijo de una juez?
3.- ¿Qué habría pasado si en vez de ser niños bien sido chicos sudamericanos, árabes o
de clase social baja?
Y entonces me auto respodo:
1.- Evidentemente que si hubiera pasado en mi barrio con gente obrera, los mossos no
habrían sido expedientados ni multados.
2.- Otra evidencia ¿no?, ya se sabe como son esas cosas, hoy por ti mañana por mi (o
por el capullo del niño) su pongo que la señora jueza estará avergonzada de no haber
sido capaz de educar a su hijo por mucho colegio privado y clases particulares.
3.- Esta respuesta es la más fácil de todas ya sabemos que si hubieran sido extranjeros
Se les habría tachado de tribu urbana y violenta.
¿Qué hemos de aprender de esto? Pues muy sencillo que la justicia es ciega para lo que quiere y que así va el país, estos son los Marios Condes, Rocas, Julianes Muñoz del día de mañana y quizá serán nuestros jefes que nos mirar por encima del hombro y aún se creen superiores por tener un buen coche y una casa grande, que pena y que vacía está esta gentuza malcriada que tienen la vida resuelta y no conoce el significado del esfuerzo por conseguir algo, bueno señores esto es lo que hay lo currantes a currar y los ricos a mandar. Y recordar ser de buena familia no exime de ser una mala persona, que aunque parezca obvio no siempre lo recordamos y siempre tendemos a creer mejores o más educados a las personas en función de la ropa o del coche que lleven y nunca debemos de juzgar un libro por las tapas.
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