30 de marzo de 2011

Deja de seguirme

Hace tiempo que se percató de que lo seguían. Era un hombre de mediana edad, uno ochenta de altura, pelo castaño y corto.
A veces lo veía esperándolo dentro de bares que frecuentaba, pero cuando entraba, el extraño se las apañaba para desaparecer. También lo había visto, mirando de reojo por miedo, dentro de algún coche, siempre en un coche diferente.
Una noche mientras dormía junto a anni, su mujer, escuchó un ruido que venía del otro lado de la puerta de su habitación. Se incorporó rápidamente y sin parar a ponerse las zapatillas a pesar de lo frío que estaba el suelo. Miró por toda la casa sin éxito, pero al llegar al baño se encontró cara a cara con el hombre que llevaba todo aquel tiempo siguiéndole. La reacción de ambos fue instantánea, alzaron el puño con la intención de golpear en el rostro de su oponente y buscar así un K.O rápido.
Un fuerte ruido de cristales rotos impactando contra el duro gres, despertó a anni, que se levantó de un salto y fue corriendo hacia el pasillo. Encendió la luz y vio a su marido en el otro extremo de la casa, salir del baño con el puño y los pies ensangrentados.

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