10 de junio de 2011

La pregunta idiota, ¿español o catalán?

Desde que tengo uso de razón, llevo grabados en el cerebro recuerdos de gente que debate y que hace la siguiente pregunta, ¿tu que eres, español o catalán? Una pregunta que catalogo de idiota al no encontrarle una utilidad más allá de la de crear tensiones y polémicas absurdas, más cercanas a discusiones etílicas que no a pensamiento racional o lógico.
   Cuando era pequeño no le daba mucha importancia, pero con el paso del tiempo he ido analizando y asimilando la pregunta, que al principio no le veía ni la mala intención, ni la mala leche que llevaba implícita en algunas ocasiones y dependiendo siempre del interlocutor que la formulara. A medida que he ido creciendo he ido  pensando y madurando mi postura acerca del tema de lo que significa ser español o catalán, ya que cuando era más joven tenía dudas más que razonables.
   Mi madre es andaluza, nació en un pueblo de Jaén precioso, llamado La Carolina. Es un pueblo muy bonito y acogedor, más que por sus monumentos o edificios por su gente. Que me hacía sentirme como uno más cuando iba a veranear año tras año, para mi La Carolina es sinónimo de diversión, alegría, cariño y familia. Y ante la pregunta de si me sentía más andaluz o catalán, mi respuesta era  rápida y clara: “Soy andaluz”. Evidentemente esta respuesta estaba muy condicionada por los sentimientos y emociones que siente un niño en su lugar de veraneo y que pasaba todo el día arropado por el cariño de sus amigos, primos y  tíos.
Con los años ha ido variando la pregunta y la respuesta, (sobre todo por una tensión creada por la clase política), y tanto una como otra se han ido endureciendo y pasando del plano sentimental y emocional, al político y racional. Y ha pasado de ser la pregunta; ¿andaluz o catalán? a ¿español y catalán?. Y como antaño la respuesta es rápida y clara: Soy catalán. 

   Para empezar nací en Catalunya, que a su vez está en el estado español, pero sentimentalmente cada vez me veo más y más alejado de una parte de España. Precisamente de esa España intolerante que miente e intenta mostrar una Catalunya que no existe. De esa España que continuamente está inventado y exagerando cosas para enfrentar a gran parte de España con Catalunya, utilizando incluso un deporte como el fútbol para politizar y crear polémicas donde no las hay.
   Un  claro ejemplo de esta gente la encontramos en el canales de televisión estilo Intereconomía, Veo7, Telemadrid … Algunos de ellos herederos del franquismo y de aquella España oscura, grande y libre, que vivía bajo la sombra de la bandera del aguilucho y controlada por el yugo y las flechas. Una de las principales bazas con las que juegan estos personajes es el tema del idioma y de la persecución, totalmente ficticia, del castellano en territorio catalán. No hace falta ser muy listo para ver que este blog es en castellano, ya que esta es mi lengua materna y el 85 por ciento de mi entorno es castellano parlante. Aunque gracias a gente como la que he descrito anteriormente, sumada a periódicos como El Mundo, la Razón; periodistas como Pedro J., Jiménez Losantos o políticas agresivas y anti-catalanas como las practicadas por el PP valenciano, que prohibe ver TV3 en Valencia, para evitar que lleguen informaciones del caso Gürtel por ejemplo, razones no reconocidas, evidentemente, por el señor Camps y su secuaces, cada vez me cuesta más mantenerme en un punto neutral.  
    Catalunya sufre sistemáticamente  ataques por todo aquello que hace, y aquellos que la critican, lo hacen diciendo que todo lo que hace Catalunya lo hace por independentismo, por falta de solidaridad o tonterías por el estilo, todo ello basado en falacias. 
   Uno de los ejemplos más claros lo encontramos en el recurso que puso el PP al nuevo estatuto que votó el pueblo, el parlamento de Catalunya y que supuestamente Zapatero iba a apoyar, al que se le encontraron mil millones de pegas y artículos que ponían en peligro la indisoluble unidad de España, aunque nadie dijo nada de los mismos artículos cuando estos estaban escritos dentro del nuevo  estatuto de Andalucía.
   No pretendo cambiar el pensamiento de nadie, lo que si pretendo  es dejar bien claras algunas cosas, como que hay que vivir en Catalunya para entender y sentir el rechazo y odio que emana de parte de la sociedad civil, normalmente manipulados por políticos y medios de comunicación, hacia todo lo que huela a catalán. Con este tipo de comportamientos y tácticas de acoso y derribo contra el pueblo catalán, lo único que se consigue es que la gente que estaba en el centro se acerque más a los  nacionalismos y al independentismo que la hegemonía y unión de esa España que algunos quieren.

2 comentarios:

Sonix dijo...

Totalmente de acuerdo.
Soy catalana de adopción (me vine a vivir aquí hace cuatro años), y puedo dar fe de que no existe ni persecución, ni nada parecido a lo que se intenta vender desde los medios. Para poner un ejemplo, cuando llegué, la gente tenía en consideración que yo era de fuera y no hablaba - ni entendía - el catalán. Otra gente no, pero bueno, ahí entra en juego otro factor, y es que cuando se llega a un sitio también hay que hacer un esfuerzo de adaptación.
En estos cuatro años he sufrido los prejuicios que hay acerca de Cataluña y los catalanes, muchas veces viniendo de mi propia familia (sobre el idioma, sobre el nacionalismo, etc.) y son creencias que tienen tan arraigadas que muchas veces prefiero no discutir y morderme la lengua. Porque sí, porque ataques así hacen que a una le salga la vena radical,y porque ya siento esta tierra como mía.
Y nada, que felicidades por la entrada porque creo que con mucha educación has expuesto tu opinión, con la que coincido.
Un saludo.

Lluís López dijo...

Gracias por tu comentario Sonix. Como digo en la entrada, hay que vivir en Catalanya para saber como nos sentimos y creo que como se suele decir, " para muestra, un botón", tu testimonio es el ejemplo perfecto, de que no somos una gente paranoica y esquizofrénica anti-españolista. Estamos acostumbrados a ser siempre los malos de la pelìcula, y al final con o sin razón acabamos siendo el blanco de críticas que no nos merecemos. Además parece que ser anti-catalán, vende en España y sirve para captar unos cuantos votos, es un poco lo que está pasando con los partido de ultraderecha y la emigración pero a nivel cultural, parece que tienes que estar en su bando o contra ellos. En Catalunya se respeta al resto de españoles que se sienten orgullosos de ser Basko, Galegos, Navarros, Andaluces o Extremeños y mucho menos se critica al que se sienta español de pura cepa. Por eso me cuesta asimilar, que haya gente que quiera que otros sientan lo mismo que ellos por una bandera y una nación con la que no nos sentimos del todo identificados, por el rechazo que sentimos por parte de una gran mayoría de la piel de toro.
Un Saludo y espero verte a menudo por el blog aportando comentarios como este.