29 de julio de 2015

SILBAR UN HIMNO: ¿LIBERTAD DE EXPRESIÓN O DELITO?

Finalmente la Comisión Antiviolencia ha decidido multar al F. C. Barcelona por los pitidos en la final de la Copa del Rey, igual que lo hizo la UEFA por las esteladas exhibidas en la final de la Champions League. Además, en la sanción impuesta por Antiviolencia se da la curiosa situación que mientras que el Barça deberá "pagar" 66.000 euros, al Ahtletic Club solo se le ha multado con 18.000 euros. Quizás los vascos pitaron unos decibelios más bajo que los culés.

Hay varios símbolos que representan a un país como la bandera, el himno, el parlamento, el jefe de estado (ya sea rey o presidente) etc... No obstante, lo que representa a un país por encima de todo no son sus símbolos, si no las personas que forman un país o un estado. Un estado sin ciudadanos es solo un trozo de tierra. Está claro que el tema de la pitada al himno le va de perlas al amigo Florentino y al Real Madrid para que no se hable de la temporada lamentable que han tenido. Esta pantomima contra la pitada, también le está sirviendo de cortina de humo al Partido Popular para tapar los malos resultados electorales de las municipales, los casos de corrupción y de paso ganar algunos votos perdidos defendiendo a España de los malvados vascos y catalanes, cosa que siempre les ha dado buenos réditos electorales.
A pesar de lo escrito en el  párrafo anterior, voy a entrar en el juego del PP y voy a dar mi opinión del tema sobre la pitada del himno. Horas antes de que se celebrara la final de la Copa del Rey  entre Barça y Athletic de Bilbao, Miguel Cardenal, presidente del Consejo Superior de Deportes, tras la celebración de la reunión de la Permanente de la Comisión Antiviolencia advirtió que si se pitaba el himno en la Copa del Rey se "estudia la posibilidad de imponer las sanciones que procedan si se dan hechos contrarios al ordenamiento jurídico"


Dicho y hecho, se celebró el partido, sonó el himno y la pitada fue de traca. La Comisión Antiviolencia y la Secretaría de Estado para la Seguridad calificaron la pitada de la final de la Copa del Rey como un acto de “extrema gravedad” y por este motivo se han pedido responsabilidades a los que han propiciado o facilitado la pitada. No obstante, silbar y abuchear un himno no es un delito y no se recoge ni en el código penal, ni en la Constitución. Con lo que no puede haber delito en algo que no está tipificado como tal.


Doña Esperanza Aguirre consideraba meses antes, que el Ahtletic Club y el Barcelona debían "abstenerse de competir" en la Copa del Rey "sobre todo si, como ha ocurrido las últimas veces en que han llegado a la final, sus seguidores han aprovechado la lógica solemnidad del acto para dar una exhibición de odio al resto de los españoles", con silbidos al himno y abucheos al Rey. Aguirre  no es la única persona del PP que piensa así y que lo manifiesta, Cospedal dijo que ella desalojaría el estadio si se pitaba el himno y declaró: "Si uno no quiere ir a ver la Copa del Rey, pues que no vaya. Y si un equipo no esta conforme con jugar la Copa del Rey, pues que no la juegue".


A todo este afán "Popular" por apagar el fuego con gasolina hay que añadir que la afición que pitó el himno español en la final, lo hizo también animada, en parte, por la palabras del presentador de “La ratonera” Armando Robles. Un empresario malagueño que en los años noventa fue jefe de prensa del polémico Jesús Gil, se pudieron escuchar expresiones como: "¿Dónde metemos a esos 70.000 cerdos, cerdos he dicho bien, vascos y catalanes que van a acudir a la final de la Copa del Rey a degradar los símbolos de nuestra nación?". Y otras como: "Yo les echaría al mar pero no sé si van a caber todos"

Podríamos decir que Armando Robles se ampara en el Artículo 16. 1 de la Constitución donde se puede leer que : “Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley.” Aunque Armando al descalificar a los seguidores pierde esa libertad.  Además de esta libertad el Artículo 20.1 de la Constitución se reconocen y protegen los derechos a “expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones”. Ser un bocazas cercano al fascismo y la intolerancia como Robles, ser republicano o independentista entra dentro de la ideología de cada individuo y mientras no se altere el “orden público” y no se utilice la violencia, se puede defender y expresar cualquier ideología, puesto que la Constitución lo recoge, lo defiende y lo ampara.


El caso de Catalunya-España me recuerda un poco a lo que está pasando en la religión cristiana y los creyentes no practicantes desde que Francisco es Papa. Los dirigentes españoles deberían hacer un cambio de chip y en vez de utilizar la “Santa Inquisición” para hacernos pasar por el aro, a todos los catalanes, y “rezar a sus Dioses”, sería mejor que, tanto con sus hechos como son sus palabras, nos invitaran a entrar en la "Casa del Señor”. Con las amenazas y palabras de las Aguirres, de los Rajoys, los Riberas de turno y demás estandartes del amparo nacional, cada vez tenemos menos ganas de comulgar con la gente que quiere imponer en vez de ofrecer.

Con esta actitud tan rancia, tan conservadora y antidemocrática del PP, cada día hay más y más gente, por lo menos en Catalunya, que quiere salir de España y se suben al carro del independentismo. Los defensores de la patria han conseguido que gente tan alejada ideológicamente como Mas y Junqueras, vayan en una misma lista electoral bajo el único punto en su programa electoral de separarse de España. Además no necesitan hacer campaña, solo tienen que enseñar las portadas de los periódicos que explican las barbaridades que llegan desde la capital.


Carlos Floriano ya ha anunciado que se hará lo posible para que no se vuelva a repetir una pitada al himno. Poner símbolos de estado como himnos, banderas y jefes de estado delante de la libertad de expresión de los ciudadanos, está más cercano a regímenes autoritarios que a una monarquía parlamentaria. No dejar expresarse a la gente libremente sobre cualquier tema, incluida la monarquía, es propio de una dictadura y no de una democracia, sería un golpe de estado en toda regla a las libertades democráticas que nos han costado tanto conseguir.


Con lo que Don Felipe de Borbón:
Al igual que su padre se vio reforzado a “frenar” el Golpe de estado del 23 de febrero del 81, usted tiene la oportunidad de ser el Rey que defendió la libertad de expresión o de ser el Rey que no hizo nada por evitar que un gobierno destruya todos los avances sociales y todo el estado del bienestar que conocíamos hasta ahora amparándose en la indisoluble unidad de España.
Usted puede decidir entre tener un país con súbditos o ciudadanos.

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