11 de febrero de 2014

Circos SI, pero no con animales

Tengo algún que otro recuerdo de cuando era pequeño y llegaba el circo a la localidad donde vivo. Ciertamente era un gran acontecimiento poder ir a ver a los leones, tigres, osos, caballos y otros animales en sus jaulas. La ilusión de ver de cerca animales tan exóticos e impresionantes como un elefante, nos hacía alejarnos de la realidad que viven estos animales.

Muchos años después y viéndolo con cierta distancia, guardo un gran recuerdo de aquellos años y siento una mezcla de nostalgia y alivio de saber que nunca se volverán a repetir esas imágenes. Por lo menos es lo que espera gran parte de la ciudadanía catalana, que a través de cinco de los siete partidos del Parlament de Catalunya, es decir todos menos PP y Ciudadanos, (que si no tienen en cuenta los sentimientos y libertades de las personas, menos les importan la de los animales) quieren promover una ley que prohíba los espectáculos con animales.

Evidentemente al mundo del circo no le ha sentado muy bien esta noticia y mostraron su desagrado en una rueda de prensa en la que se encontraban diferentes representantes del mundo cirquense como el director del Circ Raluy, el director del Festival Internacional del Circ Ciutat de Figueres, el representante de la Asociación de Profesionales de Circo de Catalunya (APCC), entre otros. 


Genís Matabosch, director del Festival Internacional del Circ de Figueres declaró que la propuesta de  la ley se ha realizado de forma unilateral y sin consultar al sector, como si se tuviera en cuenta a algún sector cuando se hacer una ley. A caso se le ha preguntado a los trabajadores que opinan de la nueva Ley Laboral o a las mujeres la Ley del Aborto. Esto sería equivalente a echarle en cara a estos "amantes" de los animales, que no le consulten a sus fieras si quieren o no quieren salir en su espectáculo.

Genís Matabosch ha añadido esta gran declaración: "en una sociedad avanzada una prohibición no será nunca un paso adelante". Es cierto, ¡que tiren para atrás ese proyecto de ley!. Qué significa esto de prohibir cosas tan naturales como ver a leones  saltando por aros en llamas o de ver como un elefante hace equilibrios sobre una pelota. Que la gente que se lucra con la esclavitud de los animales hable de sociedad avanzada, es como oír al PP hablar de democracia o libertad, suena a pitorreo.

Lamentablemente tengo que darle la razón a Albert Fort, representante de la Asociación de Profesionales de Circo de Catalunya (APCC) que en esta rueda de prensa dijo que el mundo del circo, con esta ley vive una situación de agravio. No tiene sentido que a otros espectáculos como las carreras de caballos, cabalgatas de reyes, desfiles de la Guardia Urbana,
 los zoológicos y sobretodo las fiestas tradicionales como los correbous, que no fueron prohibidos, incomprensiblemente, por el Parlament de Catalunya cuando se vetaron las corridas de toros, puedan utilizar animales para la diversión del público.

Las últimas veces que he ido al Zoo de Barcelona, he salido con una tristeza difícil de describir. He sentido que los animales no eran felices. Sé que no soy etólogo, pero no es muy normal los comportamientos que tienen animales como las panteras, que deambulan una y otra vez por el mismo camino con la mirada perdida en el horizonte y sin prestarle la más mínima atención a lo que sucede a su alrededor.

En mi primer año de carrera tuve la suerte de poder entrevistar para un reportaje sobre los zoológicos, al director del Zoo de Barcelona, Miquel Trepat, el que me atendió muy cordialmente y me explicó su visión del los zoológicos en pleno siglo XXI. La visión de Trepat es que los zoológicos son necesarios para la conservación y el estudio de las especies. También comparó el zoo con un museo, alegando que el acercar al público en general a los animales se promovía el querer saber de ellos y podía despertar inquietudes en niños que el día de mañana se podrían dedicar a la veterinaria o a la zoología. 

No hace falta decir que Miquel Trepat tiene muy bien aprendida la lección y es capaz de defender su postura con argumentos muy sólidos. No obstante pienso que viendo los documentales de la 2, también se pueden despertar dichos sentimientos de amor a los animales, sin necesidad de sacar a los animales de hábitats. Afortunadamente los zoo de hoy en día no tienen nada que ver con los de hace 100 años y cada vez más se busca la eliminación de las jaulas y se apuesta más por la simulación de los hábitats naturales.  

Quiero creer que ni los defensores de los zoológicos, ni los del circo quieran un mal para sus animales y posiblemente hasta los quieran y sientan algo especial por ellos, pero hay amores que matan. Es posible que el dueño de la fábrica donde niños cosen balones y botas para grandes futbolistas, también piensen que están haciendo un gran labor social por esos pobres niños que si no estuvieran en sus fábricas estarían en la calle jugando o lo que es peor en el colegio aprendiendo a leer. Para acabar este artículo, me gustaría citar una frase de Ghandi que decía que "La grandeza de un pueblo se puede juzgar por el modo en el que trata a sus animales"

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