25 de abril de 2014

El Circo Raluy: un museo con ruedas

Poco a poco se van apagando las luces. Mientras la pista va quedando a oscuras, uno de los payasos y el presentador del espectáculo, tocan a dos manos una vieja acordeón concertina. Con una triste melodía y con la ilusión de que vuelvan el año próximo, pone  punto y final “Boom!”, el último espectáculo  del Circo Raluy, que más que un circo es un museo itinerante.

Cuando te acercas a su pequeña carpa, los antiguos carromatos que la rodean, el olor a palomitas, a algodón de azúcar y la alegre melodía de un gigantesco órgano holandés, te transporta a otros tiempos. Tiempos de gitanas cíngaras que leían el futuro en una bola de cristal, del hombre forzudo, de faquires recostados en camas de clavos y de temerarios saltimbanquis.


No obstante, el espectáculo lejos de ser un show casposo, añejo y anclado en el pasado, conserva la belleza y estructura clásica del circo, que combina a la perfección con números de lo más modernos como el espectáculo en el que unos rayos láser toman todo el protagonismo. Otro gran rasgo del Circo Raluy es la sonrisa. A lo largo de todo el espectáculo, entre número y número de equilibrismo, habilidad o contorsionismo, el payaso Sandro anima a la grada y hace que sea imposible evitar sonreír.  


El Raluy es el único circo que tiene otorgada la “Creu de Sant Jordi”. Guardón que entrega la Generalitat de Catalunya a aquellas entidades que hayan destacado por su aportación al mundo del civísmo y la cultura. A parte de este premio es poseedor de muchos otros como el Premio Nacional del Circo  y Premio Ágora en el 96, Premio Max y Premi Catalunya en el 99, entre otros.


Su belleza es tan evidente y tan hipnotizadora, que protagonizan “Let her down easy”  el último vídeo músical de George Michael. Gran parte de los protagonistas de este vídeo son los propios artistas del Circo Raluy. Los Raluy son una gran familia que lleva más de sesenta años haciendo que millones de personas disfruten  del circo. La pasión de Lluís Raluy Iglesias por la colección y restauración de carruajes antiguos, dio origen a uno de los mejores circos de Europa y único de España por sus peculiaridades.


Otra de las curiosidades de este circo es el actual propietario del circo e hijo de Lluís Raluy Iglesias, Lluís Raluy Tomas. Lluís Raluy a parte de ser propietario del circo, y a pesar de sus 72 años, cada tarde se viste de payaso para el disfrute del público. Hasta aquí todo sería más o menos normal. No obstante lo que hace a Lluís una persona realmente única y especial, es su pasión por las matemáticas. Este payaso matemático, que nunca fue a la universidad, ni a ningún colegio convencional, ha llegado a escribir libros sobre teorías matemáticas bastante complejas.

En definitiva, el Circo Raluy es una maravilla lo mires por donde lo mires. Es único, sorprendente, mágico, entrañable, bello, clásico, espectacular y todos los adjetivos que uno se pueda imaginar. El Raluy provoca en todos los espectadores que asisten a sus espectáculos, un sentimiento acogedor y de cercanía, que les hace sentir, aunque sea por unos instantes, que formam parte de esta gran familia cirquense, la familia Raluy.

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