CDC, ERC y las entidades sobiranistas Omnium y ANC acaban de firmar un preacuerdo con las coordenadas que hay que introducir en el GPS independentista para llegar a Itaca. No obstante, todavía hay que comprar el aparato, cargar la batería y leer las instrucciones. Este preacuerdo está dividido en 4 grandes bloques. El primero de ellos dice que:
-La parte contratante de la primera parte (ERC y CDC) y la parte contratante de la segunda parte, es decir, el resto de partidos que se quieran anexar, se comprometen a que el primer punto del programa de los partidos tiene que ser “un pronunciamiento favorable a la Independencia de Catalunya” para que las elecciones del Parlament de Catalunya el 27 de Septiembre tengan un carácter plebiscitario.
En este primer punto también se hace referencia a que hay que recuperar el “estado social” en materia de educación y sanidad, que la propia Convergencia ha ayudado a deteriorar. Asimismo, se invita en este primer apartado a luchar contra la corrupción, favorecer la transparencia y apostar por la regeneración democrática. Pero otra vez la incoherencia de ir de la mano de CDC que tiene la sede embargada como pago de los 3,2 millones como responsable civil "a título lucrativo" por el “caso Palau”, no parece la mejor manera de que ERC pueda luchar contra la corrupción.
En el punto B de este preacuerdo a lo Juan Palomo entre ERC y CDC, se pone como fecha límite 18 meses, a partir del 27S, para “empezar la transición nacional hacia la proclamación de un nuevo estado o República catalana”. También en 10 meses se pretende crear y poner en marcha “estructuras necesarias del nuevo estado” como hacienda propia, seguridad social, acción exterior, servicios sociales y de salud, etc… Lo que no indica este documento es cómo se pagarán todas estas nuevas estructuras de estado. Ya que si a día de hoy tenemos una educación y una sanidad duramente castigada por los recortes de la Generalitat y del Gobierno de España, cómo vamos a sostener nuevos servicios, quizás todas estas estructuras serán privatizadas viendo lo amante que es CDC de la privatización.
El tercer apartado parece un chiste o directamente una broma de mal gusto. Este punto señala la voluntad de “iniciar negociaciones con el Estado espanyol de las nuevas condiciones”. Quizás hasta ahora no les ha quedado claro que el gobierno de España, este quien este y sea del color político que sea, no negociará una posible independecia de Catalunya, como ya ha señalado Rajoy, que con esa actitud crea nuevos independentistas cada día.
El cuarto y último capítulo de esta novela de ficción escrita a cuatro manos, es el típico “... fueron felices y comieron perdices”. Desgraciadamente este asunto de la independencia de Catalunya no es tan fácil como plasmar en un papel tus deseos y esperar a que se hagan realidad. Al igual que millones de personas, Mas y Junqueras saben que no se va a conseguir que Catalunya sea un nuevo estado independiente así como así. Se puede presionar para cambiar las condiciones injustas en la relación Catalunya-España, pero hacer creer a la gente que la independencia es posible es jugar con los sentimientos y las ilusiones de muchas personas que estamos cansados de ser los pagafantas del Estado y que ahora nos agarramos a un clavo ardiendo para cambiar las cosas, pero no este no es el camino correcto y menos si hay que ir de la mano de “Conveniencia” Democrática de Catalunya que se ha vuelto independentista de la noche a la mañana.
Volviendo al punto A en el que dice que “los programas de las candidaturas han de dejar claro, como punto primero y destacado, que votarlas supone un pronunciamiento favorable a la independencia de Catalunya”, esto unido a lo que se puede leer en el último párrafo de del punto B, “el proceso de transición nacional hacia la proclamación de un nuevo estado o República catalana... culminará en un máximo de 18 meses”. Esperemos que no quiera decir que se plantea una Declaración Unilateral de Independencia, ya que la práctica totalidad de las DUI llevadas a cabo el pasado siglo, estuvieron precedidas o fueron el detonante de conflictos armados y guerras.
El paso que han dado ERC y CDC deja poco margen al resto de partidos que estuvieron en la planificación y celebración del 9N y que son favorables tanto al derecho a decidir como a un cambio en la situación actual catalana, pero que se ven excluidos de este pacto llevado en secreto por Mas y Junqueras y que su publicación justo antes de las elecciones municipales responde más a un movimiento estratégico para ganar votos y tiempo, que no a una voluntad de cambiar nada.
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