El otro día después del partido Barça-Dinamo y como no tenía sueño me quedé en el sofá viendo la tele y acariciando a mi gato. Estuve viendo en TV3 el programa “A la presó” (en la cárcel), programa que enseña la vida de presos en las cárceles catalanas. En este capítulo hacian el seguimiento de tres presos jóvenes de la cárcel de “La Trinitat”. Estaban presos por diferentes causas, dos de ellos cumplían condena por agresiones con arma blanca y el otro por robo con violencia, si mal no recuerdo. Dos de ellos tenían hijos y el tercero estaba soltero, a pesar de que tenían familia echaban de menos a los que estaban fuera los tres coincidían en que en la cárcel no se estaba tan mal una vez que te acostumbras. Eso me dejó alucinado y un poco descolocado, ya que lo que yo espero es que cuando alguien vaya al talego lo pase mal para no volver a delinquir, pero por lo visto no es así, ya que a la mayoría les da igual estar en la cárcel y cuando salgan y sepan que no se esta tan mal les dará igual volver a entrar.
Uno de los testimonios era el de Michael que estaba encerrado por agresión, me parece. Michael gozaba de permiso para hacer un curso de reinserción laboral donde le enseñaban un oficio, pero como el mismo decía:
- Si estando en la cárcel hay mañanas que prefiero quedarme en mi celda en vez de ir a trabajar, imagínate cuando este en mi casa.
Michael por asistir 3 meses seguidos sin faltar ni un día al curso goza en la actualidad de tercer grado y en un año podría conseguir la libertad condicional, ahora le queda lo más difícil, elegir entre vivir “esclavizado” trabajando, como él dijo o seguir en la línea que le llevo a la privación de libertad.
Por cierto Michael es blogger y nos cuenta en su blog como se siente en la cárcel y lo que le pasaba por la cabeza cuando esta solo en su celda. Aunque me he pasado por el blog y desde noviembre del año pasado, cuando se grabó el programa no ha vuelto a escribir, parece que las rejas eran las musas que le inspiraban.
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