El Festival de Cinema Fantàstic de Sitges cierra sus puertas a lo grande con maratones de películas para los amantes del cine fantástico y de terror y los más frikis de cada casa. El problema, es que el festival de Sitges es cada vez más fantástico y menos de terror. Ayer fui al maratón del Retiro, volviendo así a la buena senda después de la decepción del año pasado en el maratón del Auditori la cosa no podía ir a peor. El cartel de este año del Retiro prometía bastante, entre las películas proyectadas contábamos con la ganadora del festival “The invitation” de Karyn Kusama, una película de suspense y con algunas gotas de terror psicológico. Otra de las cintas que tenía muy buena pinta era “The Devil´s candy”, que se acogía al argumento de casa nueva, más familia feliz, igual a problemas. Sin contar con la hindú “Baahubali - The Beginning” que no pude ver, estas dos películas junto a “Baskin”, fueron, sin duda, las mejores del maratón del domingo 18 en el Retiro. Donde cada disparo y machetazo oportuno, era aplaudido y celebrado como un gol en un partido de fútbol, que es lo que hace especial ver las películas en Sitges.
El premio petardo de la sesión es para (redoble de tambores) Takashi Miike y sus yakuzas vampiros de “Yakuza Apocalypse: The Great War of the Underworld”. Por el título e incluso por algunas secuencias de la propia película, podría ser una pieza interesante y divertida, con dosis de humor a la japonesa y peleas de artes marciales con machetazos, pero la aparición de un “duende”, que resulta ser un actor mal maquillado con un pico de gorrión en la boca y con unos guantes de monstruo del pantano, da el toque de salida a un festival de frikadas y situaciones demenciales. El punto máximo de vergüenza ajena, y posiblemente de tomadura de pelo por parte del director, es cuando un actor disfrazado de con un traje de rana al estilo de mascota de futbol americano, interpreta al “monstruo moderno”. El ser más poderoso de la tierra que tiene la misión de acabar con el jefe de los Yakuza vampiros es como un peluche de mi bebé de seis meses. Demencial, no? Pues imaginaos verlo.
He nombrado la turca “Baskin” de refilón pero quería dejarla para el final porque creo que es la película que mejor el espíritu del Festival de Cinema Fantàstic de Sitges. Una película de un presupuesto modesto con un guión mejorable, pero verdaderamente de terror, con sangre, personas oscuras y personajes inquietantes. En los dos últimos años, siempre hablando de las maratones a las que yo he ido, la única película que ha dado a los espectadores sabor a festival de terror es “Baskin”.
Los espectadores de las maratones quieren ver sangre, vísceras, personas suplicando por su vida con el cañón de una recortada a pocos centímetros de su cara y pasar 500 minutos terroríficos. Para los culturetas y cinéfilos empedernidos ya hay dos semanas de sesiones, talleres y coloquios. Hace años que no me asusto en Sitges y no me hundo de terror en la butaca. Año tras año oigo como la gente sale decepcionada de las maratones de los domingos y veo que quedan localidades vacías, no me cabe la menor duda que igual que a mi a la organización le llegan malas críticas de las maratones de los domingos por lo que irá tomando nota para mejorar edición tras edición