El
director del Servei Català de Trànsit (SCT), Joan Aregio, anunció
el pasado 9 de septiembre que a partir del fin de semana del 10 y 11
de este mes, se incrementarán las medidas para luchar contra la
siniestralidad de los vehículos de dos ruedas.
Desde el
1 de enero al 31 de agosto del presente año han fallecido en las
carreteras catalanas 35 personas en accidentes de moto. Según un
dossier de prensa de la SCT la mayoría de accidentes se han
producido en fin de semana, sobre todo en domingo y repartidos entre
los meses de mayo y agosto, en vías interurbanas de los que el 21%
de los siniestros han tenido lugar en intersecciones. Los datos no
varían mucho de años anteriores, aunque si se registra un ascenso
de las víctimas mortales.
El tipo
de accidente más frecuente es la caída, seguida por la colisión
con otros vehículo u objetos. En el 60% de los casos se hubo otro
automóvil implicado, aunque en el dossier de prensa se omiten los
motivos de las caídas o los culpables de los siniestros. El perfil
de las víctimas de los accidentes suelen ser hombres de edad
comprendida entre 35 y 45 años y con moto de gran cilindrada,
siempre tomando como referencia los datos ofrecidos los mossos
d'escuadra y por el departamento dirigido por Joan Aregio.
Con la
intención de reducir la siniestralidad el SCT intensificará los
controles, aumentándolos hasta los 245 cada fin de semana, para ello
se destinarán 379 efectivos policiales. Se priorizarán los controles
de velocidad y se pondrán en servicio una quincena de radares. Este
macro dispositivo contará con el apoyo aéreo del helicóptero del
Servei Català de Trànsit y un despliegue de agentes, que velarán
por la seguridad de los conductores de motos y ciclomotores.
Es
difícil criticar y rebatir acciones o planes como el que ha puesto
en marcha el Servei Català de Trànsit, cuando te plantan en la cara
35 féretros y no parecer un descerebrado. No obstante hay cosas que
personalmente no me acaban de quedar claras. Según las estadísticas
ofrecidas por el SCT la mayor concentración de muerte por accidentes
se producen entre los meses de mayo a agosto, pero los controles se
van ha hacer a partir de la segunda quincena de septiembre, justo
cuando empiezan a descender las salidas en moto, sobre todo por las
condiciones climatológicas, con lo que el número de accidentes
también bajarán y espero que también los fallecidos. En diciembre
cuando se cierre el computo anual de muertos en las carreteras más
de uno sacará pecho y se presentará como el gran salvador y darán
una rueda de prensa maravillosa.
Por otro
lado, si la mayor parte de accidentes se producen en las
intersecciones y en los informes no se habla en ningún momento de
velocidad,¿por qué tanto afán en colocar radares? Que seguramente
se colocaran en las rectas
¿Por
qué la utilización de agentes de paisano y control a distancia con
helicóptero, para coger a los infractores por sorpresa? ¿Evita eso
los accidentes y las muertes, o sólo sirve para multar a los
infractores que se saltan una línea continua y engordar las arcas
del estado? Para mí sería mucho más persuasivo y efectivo, para
evitar accidentes, ver un coche de los mossos y no tener que esté
vigilando detrás de cualquier panel o matorral por si hay algún
radar.
Dejando
de lado el aspecto humano del asunto y centrándonos sólo en lo
económico, sería interesante saber cuanto dinero va a costar este
macro operativo, ya que con el dinero que se va a pagar en horas
extras a los agentes, la adquisición de nuevos radares, combustible
de coches, motos y helicópteros, se podrían mejorar las carreteras
que están en mal estado, con irregularides en el paviemento,
limpieza de la grava y piedras caidas de pequeños desprendimientos,
curvas mal peraltadas y que te invitan a salirte de la vía y sobre
todo podrían eliminar los guardarrailes asesinos, que son
responsables de muchas muertes y mutilaciones que han sido obviadas
en las estadísticas del informe. Estos guardarrailes se empezaron a
eliminar o modificar hace unos años, pero se paró el trabajo por
falta de dinero y se dejó en stand-by.
Bajo mi
punto de vista, que puede ser erróneo pero sincero, creo que este
plan “anti-muertes” es consecuencia de una promesa electoral del
actual gobierno de la Generalitat de Catalunya. Convergencia i Unió
prometió la eliminación de la velocidad variable y algunos radares
de las entradas y salidas de Barcelona. Al ganar las elecciones
cumplió su palabra y desde entonces, por poner un ejemplo, no he
vuelto a ver funcionar el flash de los radares de delante del
Carrefour del Prat para hacer una foto, cuando antes cada día lo
veía brillar un par de veces al día. Por esos radares pasan miles
de coches al día y los ingresos que generaban esas máquinas de poco
mantenimiento y coste se han visto reducidos y eso los motoristas
debemos de ser los cabezas de turco y pagar este pato electoral.
Por
último me gustaría dejar claro que la mayoría de los motoristas no
somos unos kamikazes suicidas, ni creemos estar en el Circuit de
Catalunya y ser Rossi o Lorenzo. Nos gusta hacer unas curvas, darnos
un buen almuerzo y volver a casa con nuestras familias. No somos
delincuentes, aunque nos quieran dar mala fama, somos en muchos casos
víctimas de malas carreteras, malos conductores de otros vehículos
o objeto de mala suerte, somos muy conscientes de nuestra fragilidad,
pero la pregunta es si el resto de gente que circula por la carretera
lo sabe.
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