No
hace falta ser un experto en comunicación o publicidad para detectar
que dependiendo de la época del año en la que nos encontremos la
publicidad de los medios, sobre todo en televisión, muta y varía
según convenga. Cuando se acercan las fechas navideñas aumentan los
spots de perfumes, la sobredosis de turrones puede hacer colapsar a
más de un diabético, el alud de juguetería y artículos infantiles
casi no deja huecos en las parrilla televisiva para los telenoticias
y programas educativos. Aunque hay un tipo de publicidad, productos o
servicios, que aparecen durante un periodo de tiempo, unos años en
concreto, luego se esfuman y caen en el olvido.
Cuando
España iba “bien,” o al menos eso era lo que nos decía desde el
gobierno dirigido por Aznar, ya saben es señor que es muy amigo de Bush,
los bancos daban hipotecas a todo aquel que se acercara a una oficina
y dijera que quería una hipoteca a 20, 30 o 40 años. Evidentemente
la gente no tiene implantado en el ADN ese tipo de acciones, iban a
los bancos promovidos por los anuncios que te prometían ser una
persona más feliz si eras dueño de un piso, y los bancos y cajas de
ahorro tenían la llave de tu nueva vida. Un día explotó la burbuja
del tocho y los bancos cerraron el grifo.
Hace
unos años, en el noventa por ciento de los canales de televisión y
radio, se emitían anuncios de empresas que ofrecían dinero y además
dinero rápido, sin tener prácticamente en cuenta ni ingresos, ni
solvencia, ni nada por el estilo. Todo era felicidad, todo iba
perfecto, la gente pedía dinero y lo recibía en poco tiempo de las
arcas de esas empresas que se presentaban casi como onegés. Pero
llegó la crisis acompañada de impagos y deudas, los créditos
personales y las hipotecas se convirtieron en muros casi
infranqueables y en verdugos de cientos de familias que tenían casa
y coches nuevos pero no tenían dinero para comprar comida.
Pero fue
entonces cuando aparecieron de la nada, y de forma milagrosa, en
pantallas y páginas centrales de los mejores periódicos de cada
zona cientos de empresas que ofrecían refinanciar y unificar tus
préstamos y alargar tus deudas, hasta el infinito y más allá,
poder vivir algo más desahogado con un sueldo de mil-eurista. Como
es de imaginar , estas empresas no regalan nada y aunque no soy un
experto en economía, no creo que nadie te ofrezca dinero o una
refinanciación sin intentar ganar algo, ya que uno de los fines de
cualquier empresa es ganar dinero. La crisis iban en aumento, al
igual que la pérdida de empleo, la empresas de refinanciación y
unificación de créditos dejaron de anunciarse.
Alguien
se dio cuenta de que la gente ya no tenía dinero, y todo lo que
entraba en una cuenta bancaria era absorbido casi de inmediato para
hacer frente a los pagos de hipotecas y créditos personales. Durante
un breve espacio de tiempo, pudimos ver anuncios de compra de oro a
unos precios verdaderamente buenos. Había un grueso muy amplio de
gente que ya no tenía liquidez y tenían que desprenderse de joyas
que compraron cuando su economía iba mejor.
Parece
que prestando un poquito de atención a lo que se anuncia en las
televisiones, radios y prensa escrita se puede intuir como va la
salud económica de un país. No es una ciencia exacta, ni mucho
menos, pero nos podemos hacer una idea de si la crisis se va o sólo
retrocede para coger impulso y regresar con más fuerza.
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