Siempre se ha representando a la justicia con una cinta que le tapa los ojos, para no ver a quien juzga y ser imparcial, sin tener en cuenta quien hay sentado en el banquillo de los acusados. La justicia utiliza la balanza para sopesar los pros y los contras del delito cometido y bajo la coacción de su espada dicta sentencia.
Lamentablemente eso es lo que debería de ser, pero no lo que es. En ocasiones parece que la “Dama de la Justicia”, se vende los ojos y a continuación levante su espada con la única y exclusiva misión de romper una piñata de leyes y usando su balanza ponga en uno de extremos los delitos y en el otro el dinero que puede proporcionarle el acusado.
Cada vez que oigo que a una persona se le pone una cantidad “X” como fianza, pienso que la justicia se está convirtiendo en un elemento más de desigualdad social. Puesto que si tienes dinero, aunque se haya obtenido de forma poco elegante o incluso ilegal, puedes librarte de pasar algún tiempo entre rejas, pero si no tienes dinero “ajo y agua”. Es decir: a joderse y a aguantarse.
¿Pero en qué puñetero mundo vivimos? En el que una infanta es imputada y se mueve cielo y tierra para que no tenga que declarar. ¿En qué cabeza cabe que un CHORIZO confeso como Félix Millet goce de libertad, después de 4 años de haber confesado robó dinero del Palau de la Música?.
¿Cómo es posible que un ASESINO como Farruquito, que: se saltó un semáforo en rojo circulando a 80 kilómetros por hora en una calle limitada a 40 km/h, adelantando por el carril contrario a los vehículos que se hallaban parados en el semáforo, sin permiso de conducción, ni el seguro obligatorio y dándose a la fuga a continuación. Solo cumpliera 14 meses de prisión de una condena de solo 3 años por sesgar una vida? (Fuente Wikipedia)
La respuesta puede tener muchas explicaciones posibles: falta de rigurosidad en los juicios, en los que se ceden a presiones, ya sean mediáticas, políticas o económicas. Desidia y lentitud judicial, que hace que los juicios se eternicen y queden en el fondo del archivador. Todo esto me lleva a la conclusión de que la justicia lleva los ojos vendados, pero eso no le impide mirar hacia otro lado cuando le interesa y si hace falta suelta la espada para coger la paga. Y eso me entristece y me indigna.
1 comentario:
Muy buen artículo, cuanta razón tienes.
Publicar un comentario