Son muchos meses los que llevamos escuchando las ofertas que nos venden desde los diferentes partidos y coaliciones que se presentan a las elecciones catalanas del 27 de Septiembre. Estas elecciones, que para unos tienen carácter de plebiscitarias y para otros no, cuentan esta vez de una excepcionalidad, el futuro del pueblo de Catalunya. La CUP, Catalunya Sí Que es Pot, Junts pel Sí, PSC, PP y Ciudadanos son los actores de esta tragicomedia que están formando un lío a los electores que ya no sabemos cuales son las reglas del juego, ni que sobre hemos de meter en la urna para satisfacer nuestras necesidades como ciudadanos.
Está claro que todos llevan su particular bandera, Junts pel Sí y la CUP anteponen la independencia de Catalunya a cualquier otra “necesidad” del pueblo catalán. El Partido Popular y Ciudadanos anteponen la españolidad de Catalunya y el centralismo frente a las reclamaciones populares de los catalanes. Catalunya Sí Que Es Pot pone el énfasis y denuncia la emergencia social y nacional que sufre el pueblo catalán. Caso aparte es el del PSC que sinceramente no sé cuál es su hoja de ruta, ni sus planes de futuro, nada nuevo por otra parte.
El quid de la cuestión es cómo verán los electores estos comicios. Parece que todo apunta a un triángulo entre Catalunya sí que es pot, Junts pel sí y la Cup que proponen cosas parecidas que basculan entre el derecho a decidir del pueblo de Catalunya, la independencia y los derechos sociales. El génesis tanto Catalunya sí que es pot como Junts pel sí, lo encontramos en lo que pasó en las elecciones locales en Madrid y en Barcelona con Ahora Madrid y BCN en Comú, que gracias a la confluencia de diferentes partidos, lograron arrebatar la alcaldía de dos de las mayores capitales del estado al PP y a CIU.
A un mes de las elecciones quedan muchas dudas sobre el desarrollo de estas elecciones, como la gestión de los bloques electorales y las cuotas en los debates en las televisiones públicas que se ven obligados a un reparto de los tiempos proporcional (más o menos ponderado) conforme a los resultados de las elecciones anteriores y bajo la supervisión de la Junta Electoral. Que dejan de lado el criterio informativo de los periodistas y transforman las información política, en propaganda política de los partidos más votados y excluyendo o poniendo palos en las ruedas a outsiders de la política tradicional.
Si a lo anteriormente explicado le sumamos que tanto gobierno como el primer partido de la oposición del Parlament de Catalunya van juntos en una candidatura, que Artur Mas ha planificado las elecciones para que el primer acto de campaña se realice, de forma oculta, en el acto que organiza la ANC la diada del 11 de Septiembre, que ha utilizado la convocatoria de las elecciones para hacer un miting de precampaña publicando en prime time coincidiendo con el TN de TV3 y que volverá a tener otra oportunidad de exponer sus planteamientos en un pleno extraordinario para explicar el porqué de esta elecciones y con mensajes subliminales de que hay que votarle a él para ser libres y felices, hace que la democracia se disuelva como los peces de hielo en el whisky “on the rocks” de Sabina.
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