Fuente: eldiario.es |
Este domingo 9 de noviembre está marcado en el calendario de los ciudadanos de Catalunya, y de rebote del resto del Estado, como un punto de inflexión en la relación Catalunya-España. La suspensión de la consulta del 9N por parte del Tribunal Constitucional, a petición del Gobierno del Partido Popular, hizo que el referéndum se transformara en un proceso participativo al que están convocados todos los catalanes y catalanas el 9N. Existe cierta confusión por parte de mucha de la ciudadanía de que significa ir a votar el 9N, ya que la perversión del lenguaje utilizado por ambas partes ha sido seleccionada para llevar a su terreno a los indecisos del llamado “proceso catalán”.
Hay muchas razones por las que ir a votar, pero la principal de todas es la necesidad de un gran cambio en la relación de Estado con Catalunya. Cuando se habla del estado, huelga decir que se habla del Gobierno español y no de la ciudadanía española, con la que compartimos sentimientos, sangre, cultura y agotamiento de aguantar la mayoría absoluta del PP. Siguiendo con las razones que provocan esta necesidad de un cambio la primera y principal es la económica. Este no es un tema que afecte solamente a Catalunya puesto que Valencia, Baleares y Madrid, por ejemplo, también padecen una discriminación en cuanto a las balanzas fiscales, mientras el País Vasco y Navarra tienen un pacto fiscal mucho más justo.
Otro motivo para promover el cambio, que no es baladí, es el cultural. La utilización del catalán en Catalunya no puede estar regulado por el ministro Wert ni sus compinches a más de 600 kilómetros de la realidad educativa. La lengua materna de Catalunya hay que protegerla, porque con la entrada de ciudadanos de todas las regiones de España en los 60 y 70, en tierras catalanas en busca de un futuro mejor, el porcentaje de castellano parlantes, en el que me incluyo, ha sido mucho mayor que el de catalano parlantes durante muchos años y a día de hoy lo sigue siendo. Es falso que el castellano esté perseguido en Catalunya, el catalán es minoritario en los hogares, en las calles, en los patios de los colegios y en los medios de comunicación de los que solo hay que observar la oferta de Tv o libros infantiles para darse cuenta que el porcentaje de publicaciones en catalán es muy bajo, con lo que si no se dieran las clases en catalán esta lengua milenaria moriría, al fin y al cabo una suma es una suma en castellano o en catalán.
Fuente:santjoandespiperlaindependencia.blogspot.com |
La razón que a más gente va a empujar a la calle el domingo del 9N es la negativa y el constante ataque y rechazo del Partido Popular y de gran parte de España a todo lo salga de Catalunya. Hace años que oigo la pregunta a catalanes como Pau Gasol, Gerard Piqué o Marc Márquez si se sienten más españoles que catalanes o viceversa, pero nunca que escuchado que les preguntaran por qué y creo que es porque a nadie le importa. Lo mismo que ha pasado con la consulta del 9N al Gobierno no le importa lo que piense Catalunya, si no permitiría la consulta, solo quiere no perder un trozo de terreno del que puede obtener un beneficio, lo que piensen los catalanes es secundario.
“Catalunya es España y así tiene que ser porque lo dice la Constitución”, que es la actualización 2.0 de “Una Grande y Libre” que decían en el NODO. Hay mucha gente que se está volviendo independentista por no querer compartir bandera con gente como Rajoy, Montoro, Bárcenas, Pantojas, Monagos y demás personajes faranduleros. Bastante pena y lucha tenemos contra nuestros maleantes autóctonos como el Clan Pujol, los Millets sumado a los recortes entre otros problemas. La política pese a lo que diga o piense la mayoría de las personas es muy necesaria, al igual que las leyes, pero es una herramienta que no se está utilizando demasiado bien.
Culpa de ello es la distancia con la que los políticos de ámbito nacional ven los problemas territoriales, por ese motivo la política local es una política mucho más realista y cercana, ya que el alcalde de cada pueblo utiliza las aceras, carreteras, los parques y colegios donde decide o no invertir y se encuentra cada día con sus vecinos cara a cara.
Por todo esto iré a votar el 9N, por dignidad, por una política más cercana y realista, para luchar por un cambio real en la democracia participativa, para no formar parte de los amigos del Caso Bankia, Gürtel y Eres y así poder luchar contra los casos de las ITV’s, el Caso Palau y el caso Pujol, para tener más cerca a los que me dicen lo que tengo que hay que hacer y participar en las decisiones que haya que tomar. Si, yo votaré por que quiero decidir y si me equivoco asumiré mis errores, pero votaré.
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